domingo, 8 de abril de 2012

♣ FORMAR CON EQUIDAD E IGUALDAD

El sonido del timbre del colegio es la señal inequívoca que los estudiantes esperan para salir corriendo de las aulas y hacerse de un espacio para jugar. En la pugna siempre salen ganando los varones. Las chicas no tienen más opción que permanecer en las inmediaciones del patio para ensayar un boleo, conversar en alguna banca, en el rincón de una escalera o, si no queda otra alternativa, en el interior del aula.
Educando en Igualdad
Esta escena diaria del uso del espacio escolar sirve de ejemplo a la investigadora en temas de género y presidenta de Foro Educativo, María Teresa Tovar, para hacer notar que en la escuela persisten algunas prácticas que consolidan la discriminación por sexo.

“Esta forma de comportamiento se aprende en los diferentes espacios de sociabilización; primero en la familia y también en la escuela. Es lo que llamamos el currículo oculto. Este comprende aquellas ideas, pensamientos y creencias en torno al género que estructuran y determinan las relaciones y los mensajes que se transmiten de modo no consciente en los procesos educativos.

El uso del patio es solo un ejemplo. El asunto va más allá y comprende desde la forma en que se organiza el colegio, el aula (las niñas adelante y los varones atrás), los espacios de sociabilización hasta las oraciones utilizadas en la hora de clase y los comentarios o frases que lanza un profesor ( “¡Cállense esos alumnos del fondo que están cuchicheando como niñitas!”).

¿Cómo cambiar el currículo oculto? María Teresa Tovar está convencida de que la carta por jugar es el papel de los docentes; capacitándolos para que sean capaces de reconocer cómo sus propias experiencias y concepciones sobre lo masculino y lo femenino pueden influir en sus estrategias educativas y en sus relaciones con sus estudiantes. “Incentivar la iniciativa en las chicas y el trabajo sistematizado en los varones son algunas opciones para equiparar las expectativas de aprendizaje de los alumnos”, plantea Tovar.

María Teresa Ramos, directora de la Dirección de Tutoría y Orientación Educativa (Ditoe) del Ministerio de Educación afirma que el proceso del cambio hacia la equidad e igualdad de niños y niñas ha empezado, pero es un proceso de largo aliento. “Intentamos cambiar creencias e ideologías muy arraigadas en las personas y esto demanda capacitación docente permanente”, reconoce.

Para apoyar la labor docente, la Ditoe ha colgado material educativo que se puede desarrollar en clase o trabajar con los padres de familia (acceda al link de Ditoe en www.minedu.gob.pe).

El trabajo en el aula puede romper la cadena de la discriminación contra la mujer al educar con equidad e igualdad de oportunidades, admite Ana María Mendieta, directora ejecutiva del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de la Mujer. “Es importante que las mujeres conozcan sus derechos desde la cuna”, dice e indica que hay esfuerzos para prevenir la violencia contra la mujer como la campaña Si te Quieren, que te Quieran Bien”, dirigida a los adolescentes.


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