Manual
de la “promoción de la democracia” según la CIA & Co
István Ojeda Bello
István Ojeda Bello
Rebelión
“Creo que debe ser
política de Estados Unidos apoyar a los pueblos libres que están resistiendo
los intentos de minorías armadas o las presiones extranjeras. Creo que debemos
ayudar a los pueblo libres a decidir sus destinos según su propia manera.”
Harry Truman 12 de marzo de 1947.
Con mucha razón se dice que los
funcionarios del gobierno de Estados Unidos han desarrollado un verdadero
“arte” de fabricar oposiciones e interferir en los procesos electorales de
naciones extranjeras, todo en nombre de la “promoción de la democracia”. Son
verdaderos expertos en encubrir con eufemismos y palabras altisonantes acciones
y métodos que escandalizarían a su opinión pública si se le explicara de manera
clara.
A continuación señalamos algunas
de los principios generales y las variantes que generalmente aplican para
desestabilizar y/o derrocar a gobiernos por ellos considerados “hostiles”
mediante la vía “democrática”.
1. El cartelito de “totalitario”
o “enemigo de la democracia”
Si usted, presidente o primer
ministro, escucha a los voceros del Departamento de Estado decir que su país es
la "vanguardia de la tiranía" o que es “una amenaza para la
estabilidad de los vecinos” y de los propios Estados Unidos: esté alerta.
Aunque su nación se ubique a miles de kilómetros previo a afirmaciones como la
anterior o muy parecidas, ya toda la comunidad de inteligencia estadounidense
estará ejecutando planes para subvertir el orden interno de su país.
La alerta se justifica porque
declaraciones de este tipo son el aviso de que las maquinarias de la Agencia
para el Desarrollo Internacional (US Agency for International Development,
USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for
Democraty, NED) financian a todo tipo de organizaciones de la sociedad civil
para que se opongan al gobierno considerado “no agradable” o “incómodo” por
EE.UU. y sus aliados.
La propia USAID en un informe de
2003 dejó bien claro que: es posible aportar una ayuda a los reformadores
[entiéndase ONG y partidos afines] que permitirán identificar a los ganadores y
perdedores más importantes, desarrollar la construcción de coaliciones y de
estrategias de movilización y elaborar campañas de relaciones públicas […] Ese
tipo de ayuda puede representar una inversión para el futuro, cuando un cambio
político otorgue el verdadero poder a los reformadores. [1]
En el texto además se planteaba
que los regímenes “amigos” serían recompensados con financiamiento para
proyectos de desarrollo mientras que los países “hostiles” serían blancos de
programas de “reformas” aplicadas por organizaciones no gubernamentales.
Debemos aclarar que decir eso fue simplemente llevar al papel acciones que la
USAID ejecutaba desde su fundación por el presidente John F. Kennedy en 1961.
Leer texto completo: http://es.scribd.com/doc/66867719/Manual-de-La-CIA-Para-Promover-La-Democracia
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