GLADYS
VIÑAS
La
pedagogía liberadora, desarrollada a partir de los años 60 por Paulo Freire
es uno de los enfoques que más ha influido en
el abordaje concreto
de los problemas educativos de
los grupos populares en América Latina y el Caribe.
En sus
concepciones se reflejan tanto las
influencias de las corrientes pedagógicas
de izquierda y de la
filosofía personalista y
existencialista del cristianismo como su
propia participación en movimientos de oposición de su país.
Paulo Freire nació en 1921 en Jabotao, pequeña
ciudad próxima a Recife, en el estado
de Pernambuco, Brasil.
Desarrolla su infancia
bajo la influencia
de un ambiente humilde
con un proletario
obrero y combativo;
llega a ser titulado
en la facultad de Derecho de
Recife.
Primeramente ejerce
su profesión en
los sindicatos, específicamente
en el marco de la Ley
del Trabajo; posteriormente es
contratado como técnico por el SESI, Servicio Sociales de la Industria , donde
se relaciona con
los jóvenes militantes católicos, y da a conocer sus
iniciativas pedagógicas originales, así como su posición acerca de la enseñanza
primaria obligatoria en el nordeste del
país.
La década del 60 constituyó un momento
importante en la vida de Freire, dado por las transformaciones económicas
del país, las que
a su vez provocaron aumento en las tensiones
sociales y culturales
y toda una
serie de expresiones
sociales de resistencia y
oposición.
Fue precisamente
este contexto de movimientos ideológicamente diversos lo
que llevó a Freire a
su teoría basada
en una educación liberadora,
que permitiera un contacto directo
entre el educando y el medio ambiente.
Llama la
atención acerca de la carga
política y el
carácter conflictivo de la relación pedagógica tradicional, que reproduce en
la escuela las relaciones de
dominación que existen en la
sociedad.
La
pedagogía liberadora sienta las bases de una nueva pedagogía
en franca oposición a la tradicional, bancaria; a
través de técnicas para
la enseñanza de la lectura y la escritura a los
adultos busca la reflexión y el cambio de las
relaciones del individuo con
la naturaleza y con la sociedad;
el objetivo esencial de la
educación que propugna es liberar a la persona, no uniformarla ni someterla
como se ha hecho tradicionalmente por el sistema de instrucción oficial.
La
pedagogía de P. Freire es, por excelencia, una "pedagogía del oprimido"; no
postula por lo tanto modelos
de adaptación, de transición
ni de modernidad de la sociedad, sino
modelos de ruptura, de cambio, de transformación total. Se basa
en la toma de conciencia, a lo que llama
"concientización", referida no
con sentido político o cotidiano,
a nivel de conciencia solamente, sino suponiendo la transformación
de las estructuras mentales, es decir,
hacer que la conciencia convertida en
una estructura rígida,
inflexible y dogmática,
se vuelva una
estructura dinámica, ágil
y dialéctica que
posibilite una acción transformadora, un trabajo político
sobre la sociedad y sobre sí mismo.
La tendencia
liberadora que comienza
a operar ocasiona
en distintas etapas de su vida aceptación por algunos y hostilidades por
otros; hecho que marcó pautas en el desarrollo de su trabajo.
Como emigrado
en Chile asesora programas de
concientización, trabaja
como consultor de la
UNESCO ,
como profesor de la Universidad de
Harvard; en Ginebra como consultor
del Consejo Mundial de Iglesias en el sector "Educación",
como asesor de la
Reforma Educativa en
Perú y en México, así
como en países
africanos como Guinea Bissau. Sus ideas fueron bien conocidas en América Latina donde aún mantiene
vigencia.
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