viernes, 13 de enero de 2012

♣ TÚNEZ INSURGENTE, INDIGNADA (II) Islamismo: ¿Místico o mistificación?

Por su validez educativa difundimos el presente ensayo
Enviado por :
Rashid SHERIF
TUNEZ INSURGENTE, INDIGNADA (II)
Islamismo: ¿Mística o mistificación?
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En la presente continuación del escrito anterior, intentaremos aportar primero una clarificación acerca de los islamismos a través de un breve recuento histórico; seguiremos luego con una perspectiva de desconstrucción inicial de la articulación entre fuerzas externas que lograron finalmente imponer en Túnez al movimiento islamista Ennahdha. Mientras en la próxima entrega (III) estaríamos señalando las fuerzas internas en pugna y los modos de reivindicación activa por parte de la sociedad civil de los objetivos de la insurrección popular del 14 de Enero 2011.

Breve recuento histórico

El origen del islamismo político-religioso remonta a la Hermandad Musulmana fundada en Egipto en 1928 por Hasan al-Bannâ, teólogo conservador y líder espiritual en la época colonial británica.  El objetivo esencial de esa agrupación religiosa fundamentalista ha sido y es todavía la re-imposición en países musulmanes (árabe y demás) de la tradicional Sharia, o ley islámica. Originalmente, ese cuerpo de leyes supuestamente derivado del Hadîth o Sunna (dichos y hechos del Profeta Mohammâd según testimonios, base de la secta suni) fue aplicado paulatinamente por los primeros califes (herederos) desde finales del siglo VII c. poco después de la muerte del Profeta --fuera de su voluntad y en ausencia de cualquier testamento.  Al principio, se trató de una necesidad de gobierno del primer embrión de Estado en la península arábica por iniciativa propia de estos auto-designados herederos espirituales del Profeta --los llamados Khulafâ Er-râshidun o los sabios califes. Más tarde, la Sharia se impuso en una suerte de constitución en los territorios conquistados a raíz de las invasiones coloniales a todo lo largo y ancho del Medio Oriente, remolcando en su camino a países del África del Norte y más allá, como sabemos.

El grupo Al-Banaâ y sus seguidores aplicaron métodos coercitivos  incluyendo la violencia y el terrorismo a nombre del “jihâd” (la lucha). Primero se opusieron a las fuerzas ocupantes británicas por “infieles” en tierra del Islam y no tanto por motivos patrióticos. A la vez, frente a las carencias del Estado, instituyeron actividades sociales caritativas a favor de poblaciones pobres entre las cuales reclutaban sus tropas, como lo sigue haciendo hasta hoy en día esa confraternidad en varios países.

En 1952, los Oficiales Libres, con Gamal Abd-Enasser y sus compañeros derrocaron por medio de un golpe de Estado militar patriótico al monarca Faruk, y trataron de instituir un Estado-Nación moderno. En 1956, siendo el segundo presidente de Egipto, Nasser promovió con pasión patriótica el renacimiento árabe que suscitó un gran entusiasmo en todo el Medio Oriente, despertando un nacionalismo pan-árabe de corte abiertamente antiimperialista y anti-sionista. Nasser surgió así como una figura histórica propia de su tiempo. En contraste, el movimiento de la Hermandad Musulmana estaba alejado de toda visión patriótica y del pan-arabismo, siempre a nombre de una vuelta al pasado remoto del imperio de los califatos para la resurrección mítica de la “Umma Islamía”, aquel pan-islamismo original hegemónico iniciado desde finales del siglo VII, el cual como sabemos constituyó la base de un imperio, el más amplio de la historia, extendiéndose hacia el occidente europeo y el oriente más lejano. Son estos motivos precisamente, los que siguen guiando a los islamistas de hoy en contraposición con los movimientos nacionalistas modernos que surgieron posguerra mundial. En realidad, se trata más bien de una verdadera mistificación paseísta y una grosera manipulación del Islam por parte de grupos minoritarios reaccionarios cuyos intereses un tiempo se oponen, otro tiempo convergen con los planes de las fuerzas imperialistas de EEUU y sus “socios minoritarios” europeos e Israelí.

Es así como los Hermanos Musulmanes se enfrentaron a Nasser abriendo una vía de convergencia de intereses con la CIA al tiempo en que Nasser nacionalizaba el Canal de Suez. Mientras Egipto luchaba contra la guerra imperialista dirigida por la coalición franco-británica y apoyada por Israel, los Hermanos Musulmanes jugaban a la quinta columna. De hecho, el pan-islamismo se opone radicalmente al patriotismo y al nacionalismo.

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